
En marzo pasado, María Marcela, pese a lo celosa que es con los cuidados, dejó sus plantas por siete días, su familia se encargó de vigilar las matas. El motivo bien valió la pena: participar de un intercambio de conocimientos, experiencias y buenas prácticas en temas de producción, comercialización y procesamiento de vainilla, realizado entre productores agrícolas de la Amazonía ecuatoriana -actores clave de la Cadena de Valor de Vainilla- y productores.
Este intercambio fue organizado por el programa Conservación y Uso Sostenible del Patrimonio Natural de la GIZ Ecuador.